Tras este hallazgo, Howard Carter y su equipo accedieron a la última cámara, donde reposaba el sarcófago del faraón, hecho de granito,
realizado en más de tres metros de largo, en su interior, tres sarcófagos de oro macizo y joyas , y en el último, la momia. Después de abrir el sarcófago, uno de los egiptólogos que iban con Carter dijo que había descifrado una de las inscripciones de las puertas de la sala del Rey en la que decía:" la muerte vendrá con alas ligeras sobre el que se atreva a violar esta tumba". Nunca se pudo comprobar, porque el equipo de investigadores destrozaron la puerta de las inscripciones para acceder a la tumba.
El primero en morir fue un canario que acompañaba a Carter, que realizaba inventarios e investigaba la tumba.
El español fue devorado por una cobra delante del mismo Carter, misteriosamente la cobra es el símbolo de protección de los faraones. Tras él murió el mecenas de la expedición, le picó un mosquito en la mejilla, y días más tarde se cortó en el mismo lugar, y murió tras una terrible agonía. Una virulenta infección le había destrozado varios órganos y le había producido deformaciones físicas.
El siguiente en morir fue el hermano de Carvanon, que había trabajado en la apertura de las puertas de la tumba, cayó fulminado en circustancias misteriosas en su hotel de El Cairo.
Al poco tiempo murieron el radiologista, también de una extraña e inesplicable muerte, y la secretaria y un amigo de Carter, ámbos arqueólogos, murieron de un ataque al corazón.
Sobre los años sesenta, Muhamed Inrahim, director del Museo de El Cairo, intentó impedir que parte de los tesoros salieran hacia una exposición en París. Supuestamente tuvo unas pesadillas que le indicaban que si el tesoro salía de Egipto él moriría. Él lo intentó pero el patronato del museo firmó el traslado y ese mismo día murió atropellado.
En 1972, Gamal Ed-Din Mehrez, otro director del museo murió tras haber firmado otro traslado, esta vez hacia Londres.
Tras unos pocos años todos los miembros de la tripulación del avión que hizo el traslado fallecieron.
La última aparición de la maldición tuvo lugar en los años ochenta. Tras la grabación de "La maldición del rey Tutankamón", en la cual se utilizaron objetos del faraón, el protagonista se despeñó por un acantilado el primer día de la grabación.
¿No son demasiadas coincidencias?.